DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER

21 DE SEPTIEMBRE: DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER

La enfermedad de Alzheimer, descrita por primera vez por el Dr. Alois Alzheimer en 1906, es una enfermedad degenerativa del Sistema Nervioso cuya causa es aún desconocida. Sin embargo, en la actualidad se ha avanzado en el conocimiento de su fisiopatología y los mecanismos que la producen.
Esto ha permitido en los últimos años el desarrollo de múltiples intentos terapéuticos potenciales. Por ahora, los hallazgos están limitados a animales de experimentación, pero brindan expectativas sobre drogas que detengan o prevengan la enfermedad. La ingeniería genética es otra vía de esperanzas futuras.

Impacto global: Los avances en medicina han provocado una epidemia de personas con edad avanzada.
Mientras en 1850 lo esperable era vivir hasta los 45 años, se estima que hacia 2050 lo normal será alcanzar las nueve décadas. Este incremento en la esperanza de vida ha aumentado también la incidencia de trastornos neurodegenerativos, antes considerados dolencias más bien raras, como es el caso de la Enfermedad de Alzheimer (EA).
Actualmente hay 35,6 millones de personas mayores de 60 años con demencia en todo el mundo y se prevén 81,8 millones para el 2050. El 60% de los pacientes vive en los países de bajos ingresos, y es allí donde se producirá el mayor aumento de casos en los próximos años.

Cifras locales:
Los datos disponibles de estudios epidemiológicos en Argentina muestran que un 26.4% de la población mayor de 60 años tiene deterioro cognitivo y un 8.3% demencia.

La enfermedad:
Suele presentarse de forma lenta e insidiosa a partir de los 65 años. El inicio a edades más tempranas es menos frecuente, con un componente genético más importante.
Los síntomas en las habilidades cognitivas que nos alertan que una persona puede padecer Enfermedad de Alzheimer son la dificultad para adquirir nueva información (olvidos, conversaciones reiterativas, perder pertenencias), la dificultad para evocar palabras (anomias) y dificultad para realizar o razonar actividades complejas.

Diagnóstico Precoz:
El inconveniente es que algunos de dichos síntomas son también frecuentes en el envejecimiento normal. Existen así, olvidos patológicos que predicen la enfermedad (reiteraciones frecuentes, olvidos o anomias que no mejoran con facilitaciones, que tienden a ser negados, desorientación temporal o espacial.) y olvidos normales del envejecimiento (olvidos que recuerda más tarde, que no afectan su desempeño funcional en la vida diaria).

Diagnóstico Diferencial: ¿Cómo distinguirlos?
Es necesario un cuidadoso diagnóstico diferencial. Por ello, los recursos actuales para realizar un adecuado diagnóstico precoz, son un minucioso interrogatorio del paciente por un médico experimentado y de alguien de su entorno, un adecuado examen clínico neurológico, una rutina de laboratorio y otros test para descartar demencias tratables, estudios de neuroimágenes y una prolija evaluación neuropsicológica. Esta última, es un estudio que se encarga de explorar de manera objetiva el funcionamiento cognitivo en distintos dominios del cerebro (en las áreas de atención, memorias, lenguaje, habilidades visuoespaciales). Esto posibilitará el diagnóstico clínico e intervención posterior.

Algo más que memoria:
Aunque la Enfermedad de Alzheimer ha sido considerada, casi exclusivamente como un trastorno en las habilidades cognitivas y la capacidad funcional, además, conlleva la aparición de síntomas conductuales y psicológicos en algún momento de su evolución.
Por ello, hay que tener en cuenta que la enfermedad puede comenzar a manifestarse con la aparición de cambios en la personalidad, comportamientos desinhibidos, dificultad para tomar decisiones, depresión, pérdida de iniciativa, deterioro en el cuidado personal, alterando la calidad de vida.

Medidas para mantener saludable nuestro cerebro:
* Controlar los Factores de Riesgo de enfermedad cerebro-vascular :especialmente: – Hipertensión arterial, Diabetes, Obesidad y Sedentarismo
* Promover los Factores Protectores (reserva cognitiva):
– Actividad física regular: ejercicio aeróbico a través de caminatas, deportes, baile, uso de bicicleta, etc.
– Actividad mental: aprender algo nuevo (idioma, dibujo, pintura, mecánica, música, etc.), realizar actividades lúdicas (ajedrez, sudoku, bridge, etc.), buscar nuevas maneras de hacer lo mismo.
– Actividad social: mantenerse en contacto con amigos, participar en asociaciones y clubes, intervenir en actividades de la comunidad, participar en grupos de teatro, lectura, música, cine, etc.

Tratamiento
Actualmente, se puede encontrar una amplia gama de intervenciones no farmacológicas dirigidas a disminuir el impacto del deterioro cognitivo y aliviar los problemas conductuales de los pacientes con demencia. Existen programas de estimulación cognitiva que resultan beneficiosos. Es clave un abordaje integral con la participación de un equipo interdisciplinario (Psicología, Fonoaudiología, Kinesiología, y Terapia Ocupacional) para estimular la funcionalidad de los pacientes, brindar psicoeducación al grupo familiar y prevenir el estrés y sobre carga del cuidador.
No te olvides de luchar.

Referencias Bibliográficas
Alzheimer´s Disease International, “Alzheimer´s disease”, disponible en: https://www.alz.co.uk/info/alzheimers-disease
Bagnati, P. Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Manual para la familia. Buenos Aires, Editorial Polemos, 2016.
Hoffman, J. y Froemke, S.: The Alzheimer´s Project: Momentum in Science.
Taragano, F. y Guelar, M.V.: Síntomas conductuales y psicológicos de la demencia. Revista A.LM.A. Vol. 5. 2015.
Asociación de Lucha contra El Mal de Alzheimer y alteraciones semejantes de la República Argentina – ALMA, disponible en http://www.alma-alzheimer.org.ar/
Dirección Nacional de Salud Mental y Adicciones. Ministerio de Salud de la Nación. Disponible en http://www.msal.gob.ar/sal

 

Fga. Stefanía Gallotti.

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